Argelia Laya heroína incansable de nuestra historia política venezolana

 

San Juan de Los Morros,  27 de noviembre del 2018.- Como docente, gremialista, guerrillera o dirigente política, nunca dejó de abogar por la construcción de una patria de justicia social y de reivindicación de las mujeres. Su figura, fuente de inspiración para las luchas femeninas, se ubica entre las más destacadas de nuestra historia. La Revolución Bolivariana ha exaltado su memoria con centros educativos y programas de formación

Las referencias y testimonios que se tienen de Argelia Laya la señalan como una de estas grandes figuras femeninas de nuestra historia, al lado de Apacuana, Josefa Camejo, Josefa Joaquina Sánchez, Luisa Cáceres de Arismedi, Ana María Campos, Juana Ramírez (La Avanzadora), Teresa Heredia, y tantas otras. Argelia Laya dedicó su vida a la lucha por la reivindicación de los derechos de las mujeres, ya como docente y gremialista, como guerrillera, cuando las circunstancias la empujaron a las montañas, militante y dirigente política cuando bajó de allá, y en las tribunas legislativas cuando el pueblo la eligió como concejal o diputada.

Argelia Laya, una mujer de origen humilde que nunca dejó de sonreír, ha sido fuente de inspiración para los movimientos feministas venezolanos de los siglos XX y XXI. Muchos de los preceptos por los que entregó su vida se hicieron realidad y fueron reivindicados en el marco de la Revolución Bolivariana por medio de la Constitución e iniciativas legales como las conquistas laborales incluidas en la Ley del Trabajo, la creación de un ministerio, el impulso de políticas sociales, el reconocimiento a las capacidades femeninas al desempeñar cargos relevantes en el Ejecutivo. De hecho, por primera vez en la historia, las mujeres han ocupado altísimos cargos como el de vicepresidenta, canciller y ministra de Defensa. Tanto el presidente Hugo Chávez como ahora Nicolás Maduro se han declarado “feministas”.

Hoy, cuando se cumple un año más del fallecimiento de Argelia Laya, ocurrido cuando tenía 71 años, el 27 de noviembre de 1997, se le recuerda como una de las heroínas de nuestra historia, por su constancia, su entrega, su lucha, sus sacrificios y la lealtad a sus principios y convicciones. En alguna oportunidad se propuso que sus restos fuesen llevados al Panteón Nacional.

Nació el 10 de julio de 1926 en una hacienda de cacao ubicada en Río Chico, estado Miranda. Fue la penúltima hija de Rosario López, quien figuró entre los militantes de la Agrupación Cultural Femenina, y del coronel Pedro María Laya, quien participó junto con voluntarios armados contra el dictador Juan Vicente Gómez.

Rosario López era un ama de casa y servidora comunitaria, pero también poetisa y ejecutante del cuatro. Laya siempre guardó devoción por su madre.

La historiografía ubica a Argelia Laya como docente, activista política y luchadora social. Defendió el derecho de las mujeres a la educación, a la participación cultural y a la capacitación, hasta la formulación del Plan Nacional Educando para la Igualdad, en el que estableció principios y estrategias para una educación por la paz y la justicia, con fundamento en la erradicación de toda forma de discriminación por sexo en el sistema y en el proceso educativo.

Durante su vida participó en movimientos y organizaciones donde trabajó por los derechos humanos de las mujeres negras, indígenas y con discapacidad.

“Se batió por la defensa del derecho de las jóvenes embarazadas a no ser excluidas del sistema de educación, lo cual constituyó un precedente histórico y un hito que puso en la palestra pública el derecho universal y sin discriminación a la educación… En el área de los derechos sexuales y reproductivos, defendió el derecho de las mujeres a un embarazo seguro a fin de evitar más muertes por las interrupciones clandestinas de embarazos”, indica uno de estos escritos.

Fue promotora de debates y reivindicaciones como el ejercicio del voto femenino en 1947, la aprobación de la Reforma del Código Civil en 1982, la Ley Aprobatoria para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, el reposo pre y postnatal, los derechos de las madres y los niños adoptivos, la no discriminación en las ofertas de empleo, el derecho al aborto y un incalculable aporte a diversos movimientos y comisiones de mujeres, nacionales e internacionales.
El pasado 10 de julio, al cumplirse 92 años del nacimiento de Argelia Laya, el presidente Nicolás Maduro la recordó como una “lideresa de espíritu incansable”.

“Hace 92 años nació una de las activistas sociales y políticas más importantes en la historia de nuestro país, Argelia Laya. Lideresa de espíritu incansable, dedicó su vida a la defensa de los derechos de la mujer. Su lucha sigue vigente en las mujeres combativas de la patria”, escribió Maduro.

La Luchadora

Fidel Ernesto Vásquez, secretario de la Asamblea Nacional Constituyente y autor de una biografía sobre Argelia Laya, escribe que su infancia transcurrió en la hacienda de cacao y que su padre, quien había participado en alzamientos contra Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, fue recluido en prisión.

“Su mamá era la que llevaba la batuta del hogar. Astuta e inteligente, poetisa por naturaleza, como Argelia misma la definió, promovía la paridad entre el varón y las niñas, además de enseñarle, como ella decía, ‘a defender nuestra condición de mujeres y de afrodescendientes. Ustedes son hijos de un afrodescendiente, ustedes no deben aceptar nunca que los humillen por ser afrodescendientes y ustedes son mujeres y tienen que defender su condición de mujeres”.

Argelia siempre expreso: “Cuando alguien dice, no, es que tú eres una mujer excepcional, le digo que lo que pasa es que tuve la ventaja de tener una madre como la que tuve y un padre como el que tuve, que me enseñaron y me dieron las oportunidades para desarrollar desde pequeña eso, una actitud de rebeldía ante las injusticias, ante las cosas feas y cultivar el amor por los demás”.

Relata Fidel Vásquez: “Tiempo después, su familia tuvo que trasladarse a la capital, al parecer porque a su padre lo expulsaron de Miranda. Perdieron todos los bienes materiales y vivían muy modestamente en Caracas. Cuentan que después de la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, su mamá se sacó un quintico de lotería con el que compró lápices, cuadernos, unos retazos para hacerles una ropita y los puso a estudiar. Después del primer año fallece su padre. La angustia y el desconsuelo oprimen su hogar. A los tres meses debió dejar la escuela porque no tenían con qué comer. Los desalojaron de la casa en la que vivían alquilados obligándolos a refugiarse en un rancho por Altavista sin agua y sin luz”.

Laya pudo graduarse de maestra a los 19 años. Aspiraba a dar clases en Guayana, pero no aceptaban mujeres. Fue asignada al estado Zulia con un sueldo de 300 bolívares. En 1945 regresa a Caracas. Luego, en La Guaira dirige una campaña de alfabetización en el Colegio República de Panamá.

En 1955 egresa del Instituto Pedagógico de Caracas donde estudio la novedosa carrera de Filosofía y Ciencias de la Educación. A partir de entonces mañanas y tardes enteras las dedica a dar clases en educación media. Por los años 50 la expulsan temporalmente del Pedagógico por represalias políticas.

En su nombre

Entre 1964 y 1966 Laya se unió al Frente Guerrillero Simón Bolívar de las FALN (que operaba en el estado Lara) y pasó a ser conocida como la “Comandante Jacinta”. Tanto en la resistencia como en la lucha guerrillera experimentó y cuestionó el sexismo de los compañeros de partido, quienes discriminaban a las mujeres que integraban sus filas. En 1970 se retiró del PCV junto con un importante grupo del Comité Central, que pasaría a fundar el Movimiento al Socialismo. En el MAS llegaría a ser presidenta y la primera mujer en ocupar un cargo de esa importancia en un partido político venezolano.

En la década de los ochenta se involucró decididamente en las contiendas por los derechos civiles y políticos de la mujer, y participó en la lucha por la modificación de varias leyes, tales como el Código Civil y la Ley del Trabajo.

Hasta el día de su muerte, Argelia Laya batalló por la reforma de los partidos políticos con el objetivo de aumentar la presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad dentro su estructura.

La Revolución Bolivariana ha reivindicado su trayectoria de lucha con distintos programas, planes y movimientos que llevan su nombre, entre ellos la Universidad Politécnica Territorial de Barlovento y el Plan de Formación Feminista de la Escuela de Formación Socialista para la Igualdad de Género Ana María Campos, todos ellos dirigidos a exaltar su lucha por la igualdad y la reivindicación de las mujeres venezolanas.

“El Plan Nacional de Formación Feminista Argelia Laya para la Igualdad de Género y no Discriminación es una plataforma teórica para la articulación de planes y programas de formación que surjan de la Dirección General de Formación Socialista Feminista del Viceministerio de Igualdad de Género y No Discriminación, en aras de acelerar y promover el desarrollo sociopolítico revolucionario de las mujeres venezolanas. Este plan tiene como propósito, en su primera fase de ejecución, fortalecer las capacidades formativas de servidoras y servidores del Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género y sus entes adscritos, quienes deben sumar esfuerzos en la construcción de un socialismo feminista”, señala un escrito del Viceministerio.

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