Caracas, 09 de Junio del 2025.- Pasar demasiado tiempo frente a dispositivos electrónicos podría tener consecuencias negativas en el desarrollo emocional y conductual de los niños, según concluye una investigación internacional publicada por la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).
“Los niños utilizan cada vez más las pantallas, ya sea para entretenimiento, deberes o para comunicarse con amigos”, explica, el doctor en Filosofía por el Instituto de Psicología Positiva y Educación de la Universidad Católica Australiana, Michael Noetel y uno de los autores del estudio.
Añade que han comprobado que el aumento del tiempo frente a estos dispositivos se relaciona con problemas emocionales y de conducta. “Muchos niños con estas dificultades recurren a las pantallas como forma de evasión”.
La investigación se centra en menores de hasta 10 años y evalúa tanto el tiempo de uso de pantallas (televisión, videojuegos, redes sociales y tareas escolares en línea) como la aparición de problemas emocionales y sociales, desde ansiedad y depresión hasta agresividad o hiperactividad.
El seguimiento mínimo de cada caso ha sido de seis meses, lo que permite una aproximación más sólida a una relación causa-efecto que en otros estudios puntuales.
El equipo identificó una relación bidireccional: por un lado, los menores que más tiempo pasaban con dispositivos electrónicos presentan un mayor riesgo de desarrollar problemas socioemocionales; por otro, los niños con estas dificultades tienden a aumentar su uso como vía de escape.
Además, los investigadores identificaron factores que influyen en esta relación. Los niños de entre 6 y 10 años son más vulnerables que los menores de 5, y las niñas presentan más riesgo de desarrollar problemas emocionales cuanto mayor es su uso de dispositivos. En cambio, los niños tienden a utilizarlos más cuando ya existen dificultades previas.
El contenido importa
El tipo de contenido también importa. El estudio apunta a que los videojuegos presentan un mayor riesgo que otros usos como los educativos o recreativos. En particular, los menores con problemas emocionales son más proclives a utilizar los juegos como forma de evasión.
“Los padres deben estar atentos no solo a la cantidad de tiempo que sus hijos pasan con los dispositivos, sino también al contenido y al motivo”, señala Noetel, quien recomienda el uso de controles parentales, pero también la búsqueda de apoyo emocional para los niños. “No se trata solo de limitar el uso, sino de entender por qué los utilizan”.
La autora principal del estudio, Roberta Vasconcellos, actualmente estudiante del doctorado de ciencias del comportamiento y la salud (Universidad Católica Australiana) y docente en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en el mismo país, insiste en la necesidad de un enfoque matizado: “Comprender esta relación bidireccional puede ayudar a padres, educadores y responsables políticos a promover un desarrollo más saludable en un mundo cada vez más digitalizado”.
Aunque los autores reconocen que factores como el estilo de crianza también pueden influir, destacan que el análisis longitudinal de estos estudios permite acercarse a evidencias causales sin necesidad de realizar ensayos clínicos invasivos, reseñan Agencias Internacionales.
“Es lo más cerca que podemos estar de una prueba causal sin desconectar a miles de niños de las pantallas”, concluye Noetel./VTV/@gobguárico.