Este martes, el ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, conmemoró el bicentenario de la entrega de la Espada de Perú al Libertador Simón Bolívar en reconocimiento a sus victorias en Junín y Ayacucho contra el imperialismo español.
«Han transcurrido dos siglos desde que el intendente del Perú, Don Cayetano Freyre, en representación de la municipalidad de Lima, giró instrucciones al indígena Chungapoma de confeccionar una pieza de orfebrería que lograra encarnar […] la gloriosa inmortalidad de las luchas emancipadoras en este continente«, extendió Padrino en un comunicado.
El funcionario recordó que dicha arma nunca fue desenvainada en campos de batalla, sin embargo, «se convirtió en un símbolo del antiimperialismo y anticolonialismo que impulsaba las luchas de los ejércitos de Bolívar en América del Sur».
Padrino aseguró que esta reliquia «heredera de la grandeza, dignidad y lealtad de los héroes y heroínas de la patria», es la que inspira ceremonias de entrega de réplicas de esta espada a generales y almirantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), «como expresión genuina de la confianza que la nación deposita en sus mejores soldados, para guiar su destino y preservar su integridad».
El ministró exaltó que hoy, ante las nuevas amenazas y cortapisas imperiales, «resurge en el alma nacional toda la vorágine contrahegemónica, autóctona y soberana que palpita en esta arma emblemática; inspiración de la unidad de todos los patriotas resueltos a defender esta tierra de cualquier pretensión de dominio extranjero».
Asimismo, elevó el rol del arma ceremonial como estandarte de combate, justicia y autodeterminación inextinguible. «La Revolución Bolivariana le ha devuelto su brillo y su poder, convirtiéndola en el azimut que nos conducirá victoriosos en venideras batallas», enfatizó.
