Científicos alertan de propagación de bacterias resistentes a antibióticos

Caracas, 14 de julio del 2025.-La comunidad científica alerta sobre la propagación inadvertida y progresiva del resistoma (ARG), el grupo de genes que confieren resistencia a los antibióticos a las bacterias y otros microorganismos, los cuales fueron identificados en excrementos de aves migratorias, casquetes polares en retroceso y sedimentos del océano austral. Además, advirtieron que esta incidencia avanza por la contaminación humana y el cambio climático.

“El uso inadecuado y abuso de antibióticos o la mala gestión de los residuos son algunas de las principales causas del problema”, afirmó la científica titular de la Estación Biológica de Doñana, España; Marta I. Sánchez. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud califica la resistencia antimicrobiana como una de las mayores crisis sanitarias del siglo, lo cual eleva la importancia de los enfoques One Health para comprender la generación, evolución y dispersión de la resistencia en el ambiente.

En el sur de España, el Parque Nacional de Doñana recibe cada año a miles de aves migratorias. La mayoría, como las gaviotas patiamarillas o las cigüeñas blancas, alternan entre espacios protegidos y entornos urbanos altamente contaminados; dichos animales se convirtieron en portadores involuntarios del resistoma.

“Nos ofrecen la oportunidad de aprender de ellas, para mejorar las estrategias de uso de medicamentos y de gestión de los residuos que generan”, explicó Sánchez, que es coautora de un estudio publicado en la revista Science of The Total Environment sobre concentración de genes de resistencia en fauna aviar.

Bacterias multirresistentes

Además, encontraron en gaviotas sombrías (Larus fuscus) genes de resistencia a carbapeménicos y colistina, antibióticos de última línea empleados cuando ningún otro fármaco de su tipo funciona para tratar bacterias multirresistentes. Esta especie cría en el norte de Europa y pasa el invierno en España, por lo cual adquiere y dispersa las resistencias en toda su ruta migratoria.

Otro estudio en esta especie, publicado en Environmental Pollution y parte del proyecto DARABI, demostró que los especímenes presentes en vertederos y otras fuentes de contaminación muestran niveles significativamente más altos de genes de resistencia que aquellos con dietas más naturales.

De travesía hasta el océano austral

Las especies que cruzan continentes contribuyen a la globalización de la resistencia. Uno de los ecosistemas más aislados del planeta, la Antártida, tampoco escapa a la presencia de estos ARGs. La Antártida es especialmente relevante tanto por su mínima influencia humana como por su aislamiento ambiental, reforzado por la corriente circumpolar antártica.

Un estudio en 2024 sobre excrementos de pingüinos Adélie y skuas antárticos en las cercanías de la Estación Syowa , Antártida Oriental halló varios genes de resistencia a antibióticos y metales, así como otros patógenos. También hasta el océano austral se desplazó en 2022 y 2023 un equipo de la Universidad de Barcelona para entender la evolución de estos genes en condiciones prácticamente libres de intervención humana.

Los investigadores recogieron muestras tanto de agua como de sedimentos marinos en 17 puntos distintos a lo largo de la península antártica, con distintos niveles de actividad humana y presencia de fauna. Para ello emplearon técnicas avanzadas de biología molecular como la PCR cuantitativa en tiempo real y la secuenciación del gen 16S rRNA, que permite caracterizar las comunidades microbianas asociadas a la contaminación fecal.

El resistoma ancestral despierta con el deshielo

Mientras que en los suelos expuestos por el retroceso de glaciares, algunos investigadores descubrieron genes bacterianos antiguos que confieren resistencia y que, con el deshielo, se integran nuevamente al entorno. El oceanógrafo microbianoJabir Thajudeen, del Centro Nacional para la Investigación Polar y Oceánica de la India,  declaró que “nosotros hemos detectado ARGs en sitios remotos y prístinos, alejados de la actividad humana directa, lo que minimiza la probabilidad de contaminación reciente”.

Según esta investigación, ciertos factores ambientales como el pH y el carbono orgánico total influyen significativamente en la configuración del resistoma en zonas de deshielo glaciar. “Estos cambios generan microhábitats que favorecen selectivamente a los microorganismos portadores de ARGs”, aseveró.

Aunque actualmente el riesgo de propagación de genes resistentes desde las regiones polares hacia poblaciones humanas es bajo, Thajudeen advirtió que “el deshielo impulsado por el cambio climático aumenta la conectividad entre los ecosistemas polares y templados”. /VTV/@gobguárico.