Caracas, 25 de agosto del 2025.-Los países de América Latina y el Caribe han avanzado hacia una estrategia regional para abordar la creciente carga de salud de los accidentes ocasionados por animales ponzoñosos. Desde mordeduras de serpientes y picaduras de escorpiones hasta encuentros con arañas y orugas venenosas, estos incidentes cobran cientos de vidas cada año y dejan a miles de sobrevivientes con discapacidades permanentes, afectando en particular a comunidades rurales e indígenas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), a través de su Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (Panaftosa), organizó la primera reunión regional de Programas de Accidentes por Animales Venenosos (Redpeva) en Brasil.
El director de la OPS, doctor Jarbas Barbosa, subrayó la necesidad urgente de una respuesta unificada para evitar “muertes y discapacidades prevenibles” causadas por envenenamiento de animales ponzoñosos; en muchos sobrevivientes quedan con discapacidades permanentes, como amputaciones, condiciones neurológicas y psicológicas, que con frecuencia derivan en la pérdida de empleo y una disminución de la productividad.
Amenaza silenciosa y subregistrada
En América Latina y el Caribe, se reportan más de 57.000 casos de mordeduras de serpientes cada año, aunque es probable que el número real sea mayor debido al subregistro en zonas remotas con acceso limitado a servicios de salud. De acuerdo con una reciente encuesta de Panaftosa realizada en las Américas, los casos de envenenamiento por escorpiones y arañas aumentaron significativamente entre 2021 y 2024, con un promedio de 198.647 y 48.345 casos por año, respectivamente. Los incidentes por mordeduras de serpientes y orugas se mantuvieron estables en 10,9 y 1,2 por cada 100.000 habitantes, pero aun así superaron las cifras de años anteriores.
Cada año, solo las mordeduras de serpientes afectan a 5,4 millones de personas en todo el mundo, causando más de 80.000 muertes y dejando a tres veces más personas con discapacidades. El doctor Barbosa señaló que el cambio climático está agravando el problema al modificar los patrones ecológicos y exponer a nuevas comunidades a especies venenosas. “Esto exige una respuesta regional coordinada y sostenida, basada en el enfoque de una sola salud”, instó, asimismo; destacó la necesidad de la colaboración entre los sectores de la salud humana, animal y ambiental.
El encuentro arrojó como objetivo común el esfuerzo regional que se alinea con el impulso mundial para abordar el envenenamiento por mordedura de serpiente, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las enfermedades tropicales desatendidas más letales./VTV/@gobguárico.